Llegado al punto máximo, los amores perdidos, los consejos mal dados.
Todo sueño tiene fin, llega despacio el sinsabor de los colores que tiñeron de negro azabache las ventanas de un paraíso sin huellas, cada vez mas pequeño.
Si la piedad fuera mi amiga quizás aun seguirían vivos.
En la espalda de un demonio esta tatuada mi palabra trazo grueso con relieves, gris comarca de ilusiones.
No me veas como a quien has llorado o has amado, dame solo sensatez no me escuches cuando hablo. Si es que busco rima, el consejo y mis manos, niña quiero yo de ti que me entiendas cuando canto.
De la ira hacia la calma, de los golpes a los abrazos, este cuerpo tan delgado ya no puedo soportarlo, quédate un minuto así en silencio sin mostrarnos ese odio que llamo algún guía de los malos, niña quiero yo de ti que me entiendas cuando hablo.
Y ahora si, llegado al punto final, niña mía ven aquí, no vaciles si no traigo esas flores que te di aquel día inesperado. Quédate silente así y deja que la lluvia gris de el sonido de tus labios.
Todo sueño tiene fin, llega despacio el sinsabor de los colores que tiñeron de negro azabache las ventanas de un paraíso sin huellas, cada vez mas pequeño.
Si la piedad fuera mi amiga quizás aun seguirían vivos.
En la espalda de un demonio esta tatuada mi palabra trazo grueso con relieves, gris comarca de ilusiones.
No me veas como a quien has llorado o has amado, dame solo sensatez no me escuches cuando hablo. Si es que busco rima, el consejo y mis manos, niña quiero yo de ti que me entiendas cuando canto.
De la ira hacia la calma, de los golpes a los abrazos, este cuerpo tan delgado ya no puedo soportarlo, quédate un minuto así en silencio sin mostrarnos ese odio que llamo algún guía de los malos, niña quiero yo de ti que me entiendas cuando hablo.
Y ahora si, llegado al punto final, niña mía ven aquí, no vaciles si no traigo esas flores que te di aquel día inesperado. Quédate silente así y deja que la lluvia gris de el sonido de tus labios.