sábado, 27 de septiembre de 2008

LA PALABRA

Llegado al punto máximo, los amores perdidos, los consejos mal dados.
Todo sueño tiene fin, llega despacio el sinsabor de los colores que tiñeron de negro azabache las ventanas de un paraíso sin huellas, cada vez mas pequeño.
Si la piedad fuera mi amiga quizás aun seguirían vivos.
En la espalda de un demonio esta tatuada mi palabra trazo grueso con relieves, gris comarca de ilusiones.
No me veas como a quien has llorado o has amado, dame solo sensatez no me escuches cuando hablo. Si es que busco rima, el consejo y mis manos, niña quiero yo de ti que me entiendas cuando canto.
De la ira hacia la calma, de los golpes a los abrazos, este cuerpo tan delgado ya no puedo soportarlo, quédate un minuto así en silencio sin mostrarnos ese odio que llamo algún guía de los malos, niña quiero yo de ti que me entiendas cuando hablo.
Y ahora si, llegado al punto final, niña mía ven aquí, no vaciles si no traigo esas flores que te di aquel día inesperado. Quédate silente así y deja que la lluvia gris de el sonido de tus labios.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Y Ahora Vienes

Si tú supieras cuantas veces he llorado en tu ausencia, el cristal de tus manos, mi voz guerrillera de canto, de pena.
Por cada momento, por cada abrazo de luna y tu piel y mi piel.
De vez en cuando te extraño y por momentos te vienes a mi cuerpo como huracán enfurecido y te maldigo.
Las propinas del amor, ese mendigo, que imploro tanto por unos segundo de besos vespertinos y llenaban mis días, mis mundos.
Y ahora preguntas si te he extrañado, cuantas veces te he llorado y si hable de ti.
Y ahora pretendes que traiga manos, esperanza y que diga que nada a pasado.
Tu, causa de mis suspiros ahogados de llantos
Tú, me mantenías centinela de un sueño que jamás cumplirías, que jamás creeré posible.
Y ahora vienes por mí desesperadamente a decir que te has equivocado con tu amor como alegato, que todo sea como antes, que vuelva a ser ese amante que solo pensó en ti.
Y ahora vienes y crees que caeré nuevamente en tus brazos malhechores demoledores de ilusiones, crees que tu blasfemia enriquecida de belleza asesina llegara a mí y volveré a caer en los brazos de la mujer que me dejo rodeado de muertos recuerdos que ya tire desde el balcón.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Recuerdo

Que hermoso es revivir aquel tiempo, esa sensación de incertidumbre dejar mi cuerpo temblar y recordar lo que me costo tu amor. Tardes tristes, noches alegres, mañanas y mentiras, eras tan real como el sms que me dejaste anoche antes de dormir.
Y hoy quizás quiero regresar y verte con tu pollera camuflada y esa remera; ¿recuerdas? la del conejito, esa que tenías puesta cuando te di el primer beso, esa que tenias puesta la primera vez que vi el cielo, aquella vez cuando me pateaste el tablero y me dejaste silente, cuando rompiste todos mis esquemas.
Fue sorprendente verte llegar. Hasta donde me hiciste soñar.
Y te llore mi vida y te ame, me sentía volar si me llamabas más aun si te rozaba y los golpes de mi corazón eran un vaivén de pre-infartos. Llegabas tu; mi luna en pleno sol y tu antojo pistilo de alguna nota que perdí en aquella canción que escribí para los dos.
Mi corazón no te miento pero no encuentro el poema, no encuentro la canción ni la oda que describa lo que me haces sentir, potencias todo, es que eso eres; mi todo.
¿Escuchas esa canción? Si es la que te dedique, siempre me lleva a aquella tarde y cuando me enojo la repito tantas veces para amarte nuevamente, para despojar ese odio desmedido que me invade como un huracán.
Te amo sin medidas, cuando rozas mis mejillas, cuando hablas de comida.
Te amo en la distancia y tan cerquita, cuando me gritas y empujas desesperada.
Te amo con o sin mentiras, como si me dirías que hoy es el día, te vienes conmigo.
Te amo hasta dormido, te amo y no solo te lo digo.
Y entre tantos recuerdos te dejo dormir, te veo desnuda y despojo toda duda.
Y entre tanto ruido queda el naufragio de nuestros cuerpos desnudos, silentes y cansados. Y hoy ya no imagino una vida sin ti, eres parte de un centenar de proyectos y voy todas las tardes como si hubiese sido ayer cuando te vi por primera vez, la misma sensación y allí estas tan hermosa como siempre, allí estas callando los mares muertos y opacando todo, quedando solo tu y la sensación de que jamás sentí algo semejante a este amor que es tan grande como tus ojos de enero, tan verdes que me llenan de esperanza y cierran todas mis heridas.