martes, 28 de octubre de 2008

LA FAROLA (Emisario)

Fue el mas fuerte de los asaltos, no lo pude premeditar. No hubo policías ni custodios que se interpongan ¿Qué hubiera sido de ello?
Creo que fue ese asalto que me lleva a sufrir de este síndrome vertiginoso, por las noches sufro de pánico y no logro caminar mas de dos cuadras sin ahogarme o que se me cierre la garganta a tal punto de sentir que no puedo respirar.
Ahora no soy más que un bandido temeroso, la gente me asusta cuando me mira y no veo más que una pajarita feroz que grita por la mañana, vienen en nombre de un tal señor Lucifer; la manda pintada de colores con un canto hermoso que me lleva muy alto, muy lejos. Me llaman una y otra ves, hay árboles en frente de mi casa que mueven sus brazos envueltos en un abrigo medio extraño y me llaman, jamás fui no se que va a ser mi en ese lugar.
Hoy mis manos se mueven un poco mas ligero, mis dedos dicen que te escriba, pero ¿como olvidar ese asalto? fui muy tonto, es que necesitaba seguir viviendo.
La noche anterior no pude dormir, cuide cada detalle. Tome lápiz y papel y en un tapiz color amarillo hice un dibujo del objeto que iba a robar y ya se veía precioso.
Bueno así que tal como lo planee partí en la madrugada, el sol asomaba sus primero colores y el gallo cantaba como anunciándome la exitosa hazaña. En la farola de una esquina que me llevo a una encrucijada deje esta pequeña nota por si no regresaba por si me fuera a enamorar.

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