Febrero y seis días de marzo

Después de un largo y triste enero donde pensé que la vida comenzaba nuevamente, ilusiones renovadas y bueno ustedes saben lo que genera el comienzo de algo, no voy a profundizar ese tema. Y así fue, paso ese mes y tu seguías igual, el mismo pelo, los mismos gestos; el mismo andar.
Y llego febrero, las vacaciones ya estaban tomadas, así que el año recién comenzaba, año nuevo, nuevo mes, pero las mañanas seguían iguales. El teléfono no paraba de sonar y las mil veces pensé que eras tu, y todo era oscuro, el sol de verano se mudo a otra galaxia, sabe que si se queda aquí se convertirá en asesino.
Me hospedo en casa ajena, tratando de alejarme de aquello que me recuerda a ti, creo que no tiene sentido, si recorro todos esos lugares, miro por la ventana y no eres tú.
Se que me has estado mintiendo, se que no te gusta pero si tu no me cuentas tengo que preguntar por ti, ya no encuentro la forma de poder alejarme, te tengo clavada en mi espalda y jamás te digo la palabra precisa, pero sabes que lo que te digo es real y sigo con la esperanza de que quizá mañana cuando me veas te des cuenta que me amas.
Y así pasan los días, escribo canciones, elimino canciones y vuelvo a escribir por ti.
Es un mes muy raro, estoy rodeado de mucha gente que me habla todo el tiempo de cosas que hoy no quiero escuchar, es que ¿sabes que? Estoy lleno de soledad, todo es un abismo tremendo, los árboles ya no cantan despacio y ya no encofro tormentas en las luces de mi habitación.
Y así pasan mis días; como ya he dicho antes ella me hace pasar por todos los estados emocionales en tan solo un día, jamás pensé que lo volvería a permitir, pero ya sabemos que las cosas siempre giran en círculos, rápidamente o lentamente; da lo mismo. Si eres tu; te quedaras y si no eres; me quedare.
Ya hace una semana que no la he vuelto a ver y pregunto que será de ella, voy a dormir mañana tengo que madrugar y si mañana no me llamas... lo haré yo.